Iluminación de Fachadas
Redibujar la arquitectura
La actividad en las ciudades se prolonga mucho más allá de la puesta del sol; iluminar adecuadamente una fachada ayuda a enriquecer el entorno urbano, a crear nuevas referencias, a posicionar la arquitectura en las ciudades y a generar interacciones entre las personas. Un buen diseño de iluminación exterior añade valor económico y social a los edificios y enriquece la experiencia nocturna y urbana.
Los factores fundamentales que se deben tener en cuenta para abordar los proyectos de iluminación para fachadas son la experiencia humana, la sostenibilidad, la sensibilidad por la arquitectura y el entorno, la adaptabilidad, y la identidad del edificio y de la imagen que representa.
La iluminación exterior tiene la capacidad de transformar el paisaje urbano a lo largo de día y, con él, las interacciones sociales que se producen a su alrededor. Iluminar con la luz adecuada el lugar adecuado enriquece las ciudades. A nivel urbano, la luz tiene la capacidad de transformar entornos porque genera emociones positivas, da sensación de seguridad y contribuye a la interacción de las personas entre ellas y con la ciudad.
En el exterior es fundamental elegir luminarias que permitan dirigir la luz exclusivamente a los elementos que se quieran iluminar para evitar la contaminación lumínica y la luz intrusa en el propio edificio y en los edificios vecinos. Es muy importante estudiar detenidamente la arquitectura propia y la del entorno para destacar sin generar molestias, e iluminar de la manera más eficiente posible. Una buena gestión de la iluminación combina criterios estéticos, funcionales y de eficiencia; permite redibujar la arquitectura destacando los elementos característicos, mejorando su percepción a nivel urbano y llevando la atención del público allí donde interese. El juego adecuado de luces y sombras esculpe los volúmenes y ofrece una nueva lectura del edificio.
Los sistemas de control pueden añadir, además, una capa de interacción y juego a la iluminación exterior. También permiten adaptar el diseño a las circunstancias cambiantes que se dan a lo largo del día y del año. El carácter de los lugares varía en función de la hora del día, y los sistemas dinámicos proporcionan herramientas para modificarlos y generar experiencias distintas en cada momento. La intensidad, el color y la interacción cambian la manera en la que percibimos la arquitectura y la ciudad.
Durante la noche, la luz es la protagonista; por eso es tan importante un buen diseño de fachada como un buen diseño de iluminación que la acompañe y la haga visible en horario nocturno. La iluminación añade una nueva capa a la arquitectura y permite expresar su valor arquitectónico sin alterar su percepción o transformarla completamente, y la convierte en foco de atención cuando es necesario. Los beneficios, como se ha explicado anteriormente, son múltiples.